Entre todos estos grandes nombres hay uno que es considerado como el verdadero padre de la Alta Costura y no es otro que Cristóbal Balenciaga. Español, nacido en Guetaria (Guipuzcua) en 1895, desde pequeño soñaba con ser modisto. Seguramente esta pasión le vino porque su madre era costurera. Así a los 13 años,abordó a una de las señoras para las que su madre cosía, la Marquesa de Casa Torres (abuela de la que fue la reina Fabiola de Bélgica), que veraneaba en Guetaria, y le propuso hacerle una copia del modelo que llevaba. El resultado fue tan magnífico, que de ahí en adelante se convirtió en su mecenas.
Tras años de incipiente éxito, Balenciaga abrió una tienda en San Sebastian llamada Eisa (en honor a su madre) que, posteriormente, se expandiría a Madrid y Barcelona. Por desgracia, cuando estalló la Guerra Civil Española se vio forzado a cerrar sus tiendas y se trasladó a París, donde abrió su atelier en la Avenida George V (agosto de 1937). Introdujo una nueva silueta para la mujer; líneas fluidas y volúmenes sorprendentes: la línea tonneau, el look semi-entallado, las faldas balón, el baby-doll, el vestido saco... Era capaz de montar un vestido con un paño de tela, sin apenas cortes ni costuras. Su estilo se sostenía sobre una máxima: hacer algo bello que disimulara los defectos.
Vigilaba con tesón su vida privada, aunque la historia demuestra que vivía abiertamente como homosexual. De hecho, el gran amor de su vida fue Wladzio d'Attainville, un aristócrata polaco-francés. Mientras Balenciaga se ocupaba de los trajes, Wladzio de los sombreros. En 1948, Wladzio murió en Madrid y Balenciaga nunca se recuperó. En su desfile de aquel año todos los trajes fueron negros y es probable que se deba al luto por D'Attanville el triunfo del negro como color chic. Posteriormente trabajó con el español Ramón Esparza. Los sombreros de Balenciaga eran tan elaborados que durante la II Guerra Mundial, las autoridades cerraron sus talleres, acusándole de excederse en el uso de tejidos y de fomentar la sombrerería extravagante.
Al contrario que otros diseñadores que sólo abocetaban sus creaciones, Balenciaga era capaz de diseñar, cortar, montar y coser un vestido de principio a fin. De ahí que Coco Chanel llegase a afirmar: "Es el único de nosotros que es un verdadero 'couturier'". Incluso Dior afirmó: " La alta costura es como una orquesta cuyo director es Balenciaga. Nosotros, los otros 'couturiers', somos los músicos y seguimos las directrices que nos marca". En su taller se formaron muchos modistos, algunos de los cuales alcanzarían fama internacional como Paco Rabanne, André Courrèges, Emanuel Ungaro, Hubert de Givenchy u Oscar de la Renta.
La lista de sus clientas de la Alta Sociedad y actrices es muy larga: Mona Bismarck, Gloria Guiness (normalmente incluida en la lista de las Mejor Vestidas), Pauline de Rotschild, la Reina Fabiola de Bélgica, Rachel L. Mellon, Greta Garbo, Grace Kelly, Ava Gardner, Marlene Dietrich... Todas sus clientas sabían que debían acudir solas a las pruebas porque a él no le gustaban los "curiosos", y que no se podía ni fumar ni hablar mientras él estuviera presente.
Balenciaga siempre creó Alta Costura, nunca Prêt-à-porter. Su único acercamiento al Prêt-à-porter fue el uniforme de las azafatas de Air France. Casi un millón de piezas entre trajes y complementos. Y aunque sus usuarias lo criticaron duramente, posteriormente estos uniformes fueron estudiados por Nicolas Ghesquière, el joven que resucitó la casa Balenciaga tres décadas después de su cierre. Sus colecciones claramente se basaban en los archivos del fundador.
En 1968 se retiró del mundo de la Alta Costura, a causa de la pérdida de rentabilidad del negocio, principalmente, por la fuerte carga impositiva de los impuestos franceses que se comían la mayor parte de los beneficios y a que los americanos dejaron de comprar Alta Costura francesa, en buena medida por la política anti-americana del General De Gaulle (los americanos suponían cerca del 70% de su clientela). Pero el cierre de su maison no supuso la desaparición de la marca Balenciaga, como has leído anteriormente. En 1986 Jacques Bogart S.A. adquirió los derechos de la marca a los herederos de Balenciaga y a día de hoy muchos de sus productos están en las wish lists de las más fashionistas gracias a sus bolsos.
Nicolas Ghesquière |
Su presencia en museos del mundo es constante y he tenido la suerte de visitar la exposición que actualmente se encuentra en el Victoria&Albert Museum, de Londres: "Balenciaga, Shaping Fashion". Si visitas esta ciudad antes del 18 de Febrero, no dejes de ir. Ver sus diseños y el de otros diseñadores influidos por él es todo un lujo.