martes, 17 de junio de 2014 0 comentarios

Bodega La Legua

     Ayer tuve el placer de acudir a una presentación en la bodega La Legua. Ésta es una bodega familiar fundada en 1969, con una extensión de 80 hectarias, en el término de Fuensaldaña (Valladolid).


     Como podéis imaginar, su nombre se debe a que se encuentra situada a una legua de distancia de Valladolid pero ¿cuánto es una legua? Ya en estos tiempos "modernos" hemos perdido las antiguas medidas de distancia y peso, y nos limitamos a gramos, kilos, metros y kilómetros; así que cuando nos hablan de leguas, pasos, codos, onzas o fanegas, entre otras, nos perdemos. No os preocupeis; no lo busquéis en Google que ya lo he hecho yo por vosotros. La legua equivaldría a la distancia que una persona puede andar durante una hora. Dado que una persona recorre a pie una gama de distancias dependiendo del terreno predominante en cada país o según la conveniencia estatal, la palabra "legua" abarca normalmente distancias que van de los 4 a los 7 kilómetros. La legua castellana estaba establecida en 5'5727 km antes de adoptarse los kilómetros como medida de distancia; así que esta bodega es de las más próximas a Valladolid, si no la más.

     Estas 80 hectareas están divididas en 7 parcelas, cada una con sus propias particularidades y matices; por todo esto, cada parcela está cultivada  con las variedades de uva de Tempranillo (85%), Garnacha Tinta (8%) y Cabernet Sauvignon (7%) que dan como resultado unos magníficos vinos, acogidos a la Denominación de Origen Cigales.

Antiguo Lagar
     Yo no soy una entendida en vinos, así que no os voy a hablar en términos técnicos. Simplemente soy una persona a la que le gustan los buenos vinos y fáciles de beber, y los vinos de La Legua lo son. Me gusta acompañar mis comidas y cenas con una copita de buen vino y una agradable conversación con amigos, y no me cabe la menor duda que los vinos hechos en esta bodega familiar son perfectos para ello.
     Os recomiendo que probéis el 7L Rosado de una Noche. Puedo aseguraros que el sabor y color de éste os sorprenderá para bien. Su nombre hace referencia a que se utilizan uvas de cada una de las 7 parcelas (o leguas) de la finca. Y los tintos os fascinarán:  Garnacha, Roble, Tempranillo, Crianza, Capricho y Reserva, a cada cual más rico.



          Desde aquí quiero agradecer a la Familia Fernández por lo que bien que nos trataron. Nos sentimos como en nuestra casa.
     Pobrad estos magnificos vinos y me decís. Si queréis saber algo más sobre ellos, pasad por su página web: www.lalegua.com Que tengais una gran semana...


   
domingo, 4 de mayo de 2014 2 comentarios

De Restaurantes por Londres: Sticks'n'Sushi y Flesh&Buns

     Si la semana pasada os hablé de la magnífica exposición del Victoria & Albert Museum sobre moda italiana, ésta os voy a hablar de un par de restaurantes japoneses en los que tuve la oportunidad de cenar durante mis escapadas a Londres. Ambos están por la zona de Covent Garden, así que para los turistas nos vienen divinamente por el poco riesgo que implican a la hora de perderse.

     Todos los que me conocéis sabéis que soy una apasionada de la cultura japonesa y cuando hablamos de comida, no voy a negar que empiezo a salivar como los perros de Pavlov en cuanto pienso en sushi, sashimi y demás delicias...

     Uno de estos restaurantes es Sticks's'Sushi Lo curioso de este restaurante es que es un japo-danés... sí, sí, como lo leeis: japo-danés. Comida japonesa con un toque de Dinamarca.


     El toque danés lo pone el local, completamente de madera, y el equipo:  un equipo joven, amable, siempre pendiente de las mesas y con una sonrisa en sus caras. Os recomiendo comenzar con un cocktail  (cualquiera de ellos es estupendo) y luego continuar con cualquiera de sus "tablas" de sushi... Lo bueno de este restaurante es que puedes pedir a la carta, o bien, elegir una de sus tablas. Nosotros pedimos una de las tablas y un plato de Ebi Bites ¡Delicioso! Y os aseguro que no nos quedo hueco para el postre...

Monte Carlo

Ebi Bites

     El otro restaurante que os quiero recomendar es Flesh & Buns Aunque en un principio no me hizo mucha gracia que nos pusieran en la mesa central, una mesa enorme, común, donde las parejas están separadas por "kilómetros" de distancia y justo a tu lado tienes sentado a un desconocido que grita más que tu interlocutor... después, la comida me hizo olvidar todo esto. Eso sí, la próxima vez voy a proponer ir en grupo, así nos tocará una "mesa de toda la vida" donde tener una charla agradable sin necesidad de alzar la voz  ;)


     Leer la carta y no saber qué elegir era todo uno. Todo tiene una pinta estupenda y cuando te gusta comer como me gusta a mi, es un gran problema. Al final, siempre dejo que decidan por mi y así  me evito un dolor de cabeza...jeje...


     Si algo tengo que recomendaros de su carta, sin duda,  es el Crispy Duck Leg (deliciosa carne de pato crujiente, acompañada de lechuga, pepino y remolacha) y sus famosos Buns (bollos con los que hacerse una especie de bocadillo) Una delicia de la que repetirás. No me cabe la menor duda.

Buns

Crispy Duck Leg

Resultado final
     Y entre los postres, el que debéis pedir es el S'More ¿Os acordáis de las "nubes" (o "jamones") que quemabamos con un mechero de peques...y no tan peques? Pues, en Flesh & Buns, tienen un postre consistente en un "marshmallow" al que calientas en un fuego y después lo recubres con dos finas capas de galleta y de chocolate de te verde. Simplemente alucinante. Si vais, no perdáis la oportunidad de probarlo. No digáis que no os lo advertí  ;)



S'More
     Y, como nota curiosa, os invito a pasaros por el baño. Son geniales. Las paredes están cubiertos de dibujos manga. Curioso, ¿verdad? No pude evitar hacerme una foto para quedar constancia de ese momento, rememorando a las mejores fotos "chonis" en el baño.


    
     Si alguna vez pasáis por uno de estos restaurantes, comentádmelo y si probáis un plato estupendo, no dudéis en decírmelo  ¡Feliz semana a todos!



sábado, 26 de abril de 2014 2 comentarios

"The Glamour of Italian Fashion 1945-2014"

     ¡¡Ya estoy de vuelta!! He tenido la suerte de pasar unos días en Londres y ha sido como un soplo de aire fresco para mi inspiración. Ahora me apetece escribir sobre cosas que allí he vivido, he visitado o he leído. Ya sabéis que sólo escribo por "inspiración" y es que últimamente poco me inspira. Pero, bueno, quizá este viaje sirva de motor para unas cuantas entradas. Así que aquí me tenéis intentando decidirme sobre qué escribir... comida... exposiciones... belleza...
     Creo que me decantaré sobre una maravillosa exposición que te he tenido la suerte de visitar en el Victoria & Albert Museum.

Valentino (Roma, 1967)
      El Victoria & Albert Museum es, para mi, uno de los mejores museos de arte y diseño del mundo y las colecciones permanentes que allí tienen son de una belleza extraordinaria. Quizá la que más llamó mi atención fue la sala sobre Japón ¡Qué maravillas!: magníficos dibujos de 1800,  armaduras samurais, kimonos... Oriente tiene un sabor especial y algún día habrá que viajar hasta allí. Lo voy a disfrutar como una niña.


     Pero no es de esta colección de la que os quiero hablar ¡Qué va! Es de la exposición sobre la moda italiana desde finales de la 2ª Guerra Mundial hasta nuestros días, esponsorizada por Bulgari, la gran casa de joyería italiana. Y como buen esponsor, allí estaba el magnífico juego de collar y pendientes de esmeralda y diamantes que en su día pertenecieron a la bellísima Liz Taylor y que en su momento ya hablé en el blog en esta entrada: "Elizabeth Taylor, la mujer que lo tuvo todo" Imaginaos mi cara cuando lo tuve allí, enfrente de mis ojos ¡¡Es bellísimo!!  De hecho, tuvieron que apartarme del cristal porque veían que de allí no me iba a mover en toda la tarde ¿Os imaginais todas las vivencias que estas joyas podrían contarnos?

      Esta exposición examina la dramática transición de la Italia de la post-guerra, llena de ruinas por doquier, a las desfiles que tuvieron lugar en la Sala Blanca del Palacio Pitti, en Florencia (1951). En estos años, en Italia se rodaron  grandes producciones de Hollywood, lo que llevo a actrices americanas, como Elizabeth Taylor, a convertirse en embajadores de esta moda italiana y dando el pistoletazo de salida al gusto por las ropas hechas "Made in Italy".
Pero también grandes actores italianos, como Marcello Mastroianni, popularizaron la sastrería italiana, tanto los trajes hechos a medida como los trajes ya hechos más populares y asequibles para todo el mundo.



      En los años 70, Milán se convirtió en la capital de la moda italiana. Reinado que a día de hoy mantiene: fábricas textiles, revistas de moda, publicidad, desfiles... Y, a partir de los años 90, muchos diseñadores italianos, como VersaceDolce&Gabbana o Giorgio Armani, se han consolidado como grandes celebridades por méritos propios. No sólo se dedican a vender ropa, sino también muebles, complementos del hogar, perfumes... Todo ello bajo un sello de calidad y lujo.


    
     Y si he de destacar alguna pieza de toda la magnífica colección que allí podemos disfrutar, elegiría unos zapatos de Prada de su colección de primavera-verano 2012, colección sobre la que ya escribí en el blog en "PRADA, o la vuelta a los 50's"; unos botines de Dolce&Gabbana de su colección Primavera/Verano 2001...


     Y, sin ningún lugar a dudas, un vestido de Valentino que me enamoró a primera vista y sobre el que hay un anécdota: tuvieron que construirle un maniquí a medida, pues su talla era mucho menor de las medidas que las de los maniquíes del museo.



     Como podéis imaginar, he nombrado a una ínfima cantidad de diseñadores italianos cuyos trabajos se exponen. La lista es extensísima: Missoni, Pucci, Benetton, Cavalli, Roberta di Camerino, Alberto Fabiani, Bruno Piatelli, Carlo Palazzi, Simonetta y un largo etcétera.
     Así que si tenéis la oportunidad de pasar por Londres en próximas fechas, recordad que podráis ver esta exposición hasta el 27 de Julio.


     Espero que esta entrada os haya gustado y que podais perdonarme ser como el Guadiana en esto de escribir. Que tengáis una semana estupenda...



     PD: como podéis imaginar en esta exposición está prohibido sacar fotografías, así que todas las fotografías (a excepción de las de la sala japonesa) pertenecen a la web del Victoria & Albert Museum.


sábado, 8 de marzo de 2014 2 comentarios

Lewis Hine y la Fotografía: Construir una nación

     Hace tiempo que no escribo y es que verdaderamente no he tenido ninguna gana de escribir. Desde el mes pasado, Venezuela se encuentra sumida en un periodo crítico de su historia. Pero como no quiero politizar mi blog, no voy a hablar de ello ni de mi posición acerca de los acontecimientos. Los que me seguís y los que me conoceis sabéis que allí tengo a una segunda familia y, por tanto, lo que allí ocurre, me preocupa. Y, así, hablar en estos días de los últimos modelitos que se lucían en los Oscars, en los Bafta o en cualquier otra fiesta me parecía un poco vacío, un poco superficial... Pero no creais que no lo he seguido; todavía recuerdo lo guapísima que iba Angelina Jolie, vestida con un traje de corte masculino, del brazo de su querido Brad Pitt; o cada una de las  fantásticas apariciones de la nueva estrella de Hollywood, Lupita Nyong'o...
     Pero del mismo modo que hoy no os voy a hablar de la situación de Venezuela, tampoco os voy a hablar de moda. Hoy quiero hablaros de una estupenda exposición que está teniendo lugar en la Sala de Exposiciones de San Benito, aquí, en Valladolid.
     Cuando me preguntan si no echo de menos mi vida en Madrid, siempre contesto que no tanto; quizá sí, un poco, mis visitas a las distintas exposiciones que recorrían la ciudad. Valladolid es una gran ciudad, llena de vida cultural. Quizá no  con esas macroexposiciones de Madrid pero sí con algunas que te pueden llegar a sorprender muy gratamente. Valladolid está llena de pequeñas salas de exposiciones, museos e iglesias. La cultura y el arte son uno con la ciudad.
     Ayer pasé por el centro de la ciudad y al ver que había nueva exposición en la Sala de San Benito, me decidí a entrar. Entrar allí es un viaje al pasado, un viaje a la América de inicios del S. XX. Allí nos encontramos con 60 fotografías, originales del padre de la fotografía social moderna: Lewis Hine; e incluso con la película de Nina Rosenblum, "América y Lewis Hine".
     Nacido en Oshkosh (Wisconsin, USA), Hine dedicó toda su vida a la fotografía social. Puso su objetivo al servicio de la investigación sociológica y estableció relaciones de trabajo con asociaciones benéficas y revistas que denunciaban las necesidades de los más desfavorecidos. En los primeros años del S. XX emprendió un estudio sistemático del fenómeno de la inmigración tomando a Ellis Island como el lugar  por excelencia de encuentro entre las diversas culturas y necesidades similares. Para los recién llegados, le precariedad de su llegada al nuevo país y el traslado a una sociedad y una cultura diversas de las de su origen, supusieron para ellos casi siempre problemas de comunicación y grandes esfuerzos para afrontar dificultades y obstáculos de todo tipo. Este lenguaje iconográfico es usado para subrayar la identidad comunitaria y el asentamiento urbano como se aprecia en las fotografías de los rincones angostos y sobrepoblados de Chinatown, de tiendas de alimentación del ghetto hebreo, de la salas de baile de Harlem, de las fiestas religiosas de las comunidades regionales de Little Italy... Estas "áreas de influencia cultural" se formaban casi naturalmente, sin ninguna proyectación, sólo aquella que había "guiado" las "cadenas migratorias" a conquistar diariamente nuevos espacios y nueva fuerza social como había sucedido en tantas ciudades americanas y, en modo particular, en Nueva York que veía a sus barrios colorearse según las necesidades.




     En torno a 1906  fue contratado por la revista Charity que lo envió a Pittsburgh para un verdadero estudio sociológico/etnológico de la ciudad industrial. En 1907, el Comité Nacional por el Trabajo Infantil le encargó documentar el trabajo a domicilio muy difundido entre los inmigrantes que vivían en las barracas populares de Nueva York. Su contribución al Comité fue cada  vez más intensa en los años sucesivos, en los que viajó a diversos estados de USA para tomar imágenes de denuncia del trabajo infantil tan potentes que se  convirtieron en un apoyo fundamental para hacer presión y cambiar las leyes. Niños vendedores de periódicos, niños recolectores de algodón, niños mineros... todo fue reflejado a través de su cámara.
     Las imágenes producidas en este período atestiguan con rara lucidez y fuerte impacto sociológico el infame sistema de las fábricas clandestinas, de los laboratorios de sudor (the sweating system) que producía efectos devastadores sobre los obreros, las mujeres y los niños.






     En 1918 comenzó a trabajar para la Cruz Roja Americana, lo que le llevó a Europa y a captar imágenes  de la Gran Guerra y sus consecuencias.


     A su vuelta a Estados Unidos hizo muchas reflexiones sobre el lenguaje fotográfico, las modalidades y los objetivos de su utilización, amplió su búsqueda y acentuó el aspecto artístico y simbólico de sus obras, creando el concepto de "Fotografía Interpretativa". El deseo de inyectar una proximación positiva en sus fotografías lo lleva a enfatizar la figura humana en el interior del sistema industrial en una serie de retratos de gran espesor y dignidad, pero de escaso valor comercial. Afrontó años económicamente difíciles hasta que en 1930 se le encargó fotografiar las obras de construcción del Empire State.



     En 1932 publicó un libro "Men at Work", con el que ganó el premio al mejor libro de la Child Study Association. Siguieron años de altibajos económicos hasta 1938 cuando un artículo de Beaumont Newhall aumentó el interés por su obra por parte de Berenice Abbott y Elizabeth McCausland que se propusieron promover una muestra itinerante en diversas sedes expositivas.


     El 4 de Noviembre de 1940, un año despues de la muerte de su mujer, muere Hine. Su hijo donó todo su trabajo a la asociación neoyorkina independiente. Como podéis comprobar, toda una vida dedicada a reflejar la sociedad que le rodeaba a través de su cámara. Pero lo mejor es que disfrutéis con su obra. Y si tenéis la oportunidad, recordad que esta exposición estará hasta el 27 de abril en San Benito.


 
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