Indiscutiblemente, si se habla de divas y de joyas, hay que hablar de Elizabeth Taylor, una mujer bellísima de ojos violetas, la gata sobre el tejado de zinc, la Cleopatra de Hollywood.
Nacida en Inglaterra, aunque de padres norteamericanos, triunfó muy jóven en Hollywood. Tras participar en varias comedias de escasa calidad, se hizo famosa a los 12 años con la película de tema hípico "National Velvet" a la que siguieron otras como "El Coraje de Lassie" o "Mujercitas" Pero fue en su juventud cuando supo explotar toda su belleza y sensualidad con películas como "La gata sobre el Tejado de Zinc", "Gigante", "Cleopatra" o "¿Quién teme a Victoria Woolf?"
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National Velvet |
Se casó 8 veces; 2 de ellas con Richard Burton. Aquellos que la conocían afirmaban que era una mujer muy convencional en el amor, que no era proclive a las relaciones fugaces,que si se había casado tantas veces era porque tenía una rara costumbre: casarse con todo aquel con el que se acostaba.
No obstante, tal como ella reconoció sus grandes amores fueron Michael Todd (su tercer marido), Richard Burton (su relación más pasional y tormentosa) y las joyas.
Se separó 7 veces y enviudó en una ocasión. Fue madre en 4 ocasiones y abuela, en 10. Y se estima que su colección de joyas alcanzó los 150 millones de dólares.... Incluso escribió un libro "Elizabeth Taylor: Mi idilio con las joyas" (2002) y si hay algo que la enaltece, que la convierte en una mujer aún más bella, son sus actividades humanitarias y, en especial, su lucha contra el SIDA. Dejó claro que sus joyas debían salir a subasta para recaudar fondos para la fundación benéfica que lleva su nombre, The Elizabeth Taylor AIDS Foundation, y que lucha contra el SIDA: “No me creo la dueña de ninguna de estas piezas. Soy su custodia. Me pregunto dónde terminarán, porque un día serán subastadas y esparcidas por los cuatro rincones del planeta. Espero que quien las compre les dé un verdadero hogar”
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Taylor y Todd, junto a su única hija, Elizabeth |
Y es esta historia de amor con las joyas de la que vamos a hablar. Una historia de amor unida principalmente a los otros dos grandes amores de su vida: Michael Todd y Richard Burton.
Su primera pieza la adquirió en 1945, pero fue en 1957, cuando se casó con Mike Todd, cuando comenzó su verdadera afición por la alta joyería. Aún así, su madre recuerda que su pasión le venía desde la cuna y ella bromeaba diciendo: "Mi madre decía que no abrí los ojos hasta los ocho días de vida, pero que cuando lo hice, lo primero que vi fue su anillo de compromiso"
El primer gran regalo de Mike fue una magnífica y antigua tiara, que ella utilizaba tanto para ir a cenas o importantes eventos, como para bañarse en la piscina, según su humor le requiriese "Eres mi reina y pienso que deberías tener una tiara", contaba Elizabeth que le dijo en el momento de regalársela. La primera vez que la lució fue en los Oscar y recordaba Taylor en sus memorias que fue una noche mágica, ya que la película de Mike (productor cinematográfico), "La Vuelta al Mundo en 80 días", ganó el Oscar a la mejor película. "Por aquel entonces no estaba de moda llevar tiara, pero de cualquier modo la llevaba porque él era mi Rey", aseguraba la actriz.
El siguiente gran momento ocurrió en la piscina de La Fiorentina , villa que habían alquilado en la Riviera francesa. Mientras Elizabeth se bañaba con su tiara,Mike apareció con una caja de joyería. Tras ponerle un magnífico collar de diamantes y rubíes rojos, le colocó un brazalete en la muñeca y después llegaron los pendientes. 50 años más tarde, Taylor recordaba que "como no había espejo, tuve que mirarme en el agua; las joyas eran tan fantásticas, ondulando el rojo sobre el azul, justo como en un cuadro. Chillé de alegría y tiré a Mike a la piscina conmigo" Esta escena está grabada en un video casero. La cara de Elizabeth lo dice todo.
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Cartier |
Esta afición por las joyas se vio incrementada tras su boda con Richard Burton, quien la agasajó con fastuosas joyas como el diamante Krupp y la Perla Peregrina
El nombre de La Peregrina hace honor a su ajetreada historia y está considerada una de las gemas más valiosas y legendarias de la Historia de Europa, una de las perlas con forma de pera más grande y simétricas en el mundo. Descubierta en Panamá en el siglo XVI, pasó a manos del rey Felipe II de España, formando parte de las joyas de la Corona de España, y fue exhibida por las reinas María I de Inglaterra, Margarita de Austria, Mariana de Austria, Isabel de Borbón y María Luisa de Parma (se puede ver a varias de las nobles luciendola en los retratos de Velázquez), mucho antes de que Napoleón Bonaparte III la heredara de su tío, José Bonaparte I, en 1844, y muchísimo antes de que Burton la adquiriese en una subasta por 37.000$ y se la regalase a Elizabeth por su 37 cumpleaños. Pero lejos del miedo a la ostentación, la pareja colaboró con Cartier para hacer de ‘La Peregrina’ una joya completa, un enorme collar lleno de rubíes y diamantes.
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Felipe III de España / Margarita de Austria |
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La Perla Peregrina en el collar de Cartier |
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Cartier |
Durante el rodaje de "Cleopatra" y como regalo de compromiso, Burton le dio un collar de esmeraldas y diamantes, cuyo colgante también puede utilizarse como broche. Posteriormente, le regaló también un anillo, brazalete y pendientes a juego. Como ella confesaba: "Richard era tan romántico que utilizaba cualquier excusa para regalarme una joya" Estas recibieron el nombre juego de la Gran Duquesa Vladimir.
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Bulgari |
Durante la celebración del 40 cumpleaños de Elizabeth, Richard le regaló el diamante Taj Mahal. Como él mismo comentó divertido tras comprarlo: "Me hubiese gustado comprarle el Taj Mahal pero habría costado demasiado transportarlo"
Este diamante está asociado con una de las más grandes historias de amor en el mundo. El Sha Jahan recibió este diamante de su padre y decidió regalárselo a la más querida de sus esposas, la Reina Mumtaz-i-Mahal. Cuatro años después. Mumtaz murió mientras daba a luz y el dolido Sha mandó edificar el Taj Mahal para mantener viva su memoria. En el interior del diamante está inscrito "El amor es eterno" en parsi.
Una vez que el Taj Mahal estuvo en su posesión, Elizabeth cambió el cordón de seda original por otro de diamantes y rubíes.
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Diamante Taj Mahal |
En otra ocasión, tras una discusión en la que Burton despreció las manos de Elizabeth, ésta se encaprichó de una pieza. Burton sabía que el insulto le iba a salir muy caro pero no podía imaginarse cuanto...
Burton se puso un límite de un millón de dólares pero Cartier finalmente consiguió la pieza tras una dura puja con, entre otros, Aristóteles Onassis y su precio ascendió a un millón cien mil euros. Este diamante de 69'42 kilates recibió el nombre de diamante Taylor-Burton. Al principio, Elizabeth lo llevaba como anillo pero debido a su gran tamaño pidió a Cartier una cadena también de diamantes. Por suerte el encargo estuvo terminado para el cuarenta cumpleaños de la Princesa Grace de Mónaco...
Posteriormente, Elizabeth lo vendió por 3 millones de dólares para ayudar económicamente en la carrera política de su marido John Warner. Siempre se arrepintió de haberlo vendido.
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En el 40 cumpleaños de Grace de Mónaco |
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Diamante Taylor-Burton |
Richard Burton adquirió el diamante Krupp, de 33'19 quilates, en 1968 y está considerado uno de los diamantes más puros. La familia Krupp había apoyado a los nazis durante la 2ª Guerra Mundial y tal como recordaba la propia Elizabeth: "Cuando salió a subasta a finales de los 60, pensé qué perfecto sería si una bella chica judía como yo lo poseyera"
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Diamante Krupp |
Pero Elizabeth no sólo recibió regalos de sus amados, sino que también ella compró magníficas piezas y como resultado su colección cuenta con ejemplos exquisitos de los más célebres diseñadores de joyería, incluyendo BVLGARI, Boucheron, Cartier, JAR, Schlumberger, Tiffany, y Van Cleef & Arpels. Elizabeth taylor tenía un magnífico ojo para las joyas.
Una de esas grandes joyas fue el broche con el escudo de armas del Príncipe de Gales, cuyo valor asciende a 400000€. Años antes Elizabeth había alabado la belleza del broche a la Duquesa de Windsor, la norteamericana Wallis Simpson, y ésta le había dado permiso para hacerse una réplica. Pero Elizabeth sabía que ninguna réplica alcanzaría la belleza de ese broche. Sin embargo, nunca se olvidó de la joya y cuando salió a subasta, pagó por ella un alto precio por dos razones: para recordar a su amiga y porque los beneficios de la puja iban destinados al Instituto Pasteur, líder en la investigación sobre el SIDA.
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Broche Príncipe de Gales |
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Broche Duquesa de Windsor |
Otra gran adquision de Elizabeth fueron unos aretes de diamantes y zafiros multicolores que el joyero Joel Arthur Rosenthal, JAR, creó para representar la visión que Taylor y le mundo tenían del color. Tal como ella le explicó: “Mis ojos son azules, como los suyos, y a veces verdes. Es la demás gente la que piensa que son violeta”
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JAR |
Y podría seguir y seguir...porque la colección de la Taylor parece no tener fin...
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Collar Edith Head |
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Juego de esmeraldas. Bulgari |
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Collar Sautoir. Zafiros y Diamantes. Bulgari |
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Collar de la Abuela. Van Cleef & Arpels |
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Broche "La Noche de la Iguana" Tiffany & Co |
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Collar Reina Margarita. Van Cleef & Arpels |