Pero os quiero hablar del lugar que eligieron para juntarnos a todos: el HOTEL CAP ROCAT Este fantástico hotel es una antigua fortaleza militar construida a finales del S.XIX. Una fortaleza que, afortunadamente, nunca ha tenido que afrontar ningún ataque enemigo. La pérdida de Filipinas y Cuba, en 1898, sumió al país en una crisis económica, social y política, de la que no se salvaron los habitantes del pueblo mallorquín de Llucmajor. La mayoría de ellos habían abandonado el trabajo de sus tierras hacia 1870 para desarrollar una floreciente industria de calzado, con el mercado de ultramar como principal cliente. Y así pues, tras la pérdida de este mercado, la crisis se avecinaba. El gobierno estatal ideó una solución, cuando menos, curiosa: la construcción del fuerte militar de Cap Enderrocat, al sur de la Bahía de Palma, en la que ocupó a todos los zapateros sin trabajo de Llucmajor.
A día de hoy, ese antiguo fuerte se ha convertido en un lujoso hotel que destaca por su sencillez y su tranquilidad. Está emplazado en una zona declarada Área Natural de Especial Interés Ecológico, rica en fauna y flora, por lo que pasear por sus rincones(su profundo foso, las caponeras y caminos) es algo de lo más recomendable.
La zona del hotel donde mejores momentos pasamos esta semana pasada es el Sea Club, situado al borde de la Cala de la Reina. Las vistas a la bahía de Palma no tienen precio y ver sus azules del mar enamoran a cualquiera e incitan a darte un bañito en sus aguas cristalinas. La cocina es excelente; sobre todo, el pescado fresco y los langostinos ¿Por que será que el pescado sabe cien mil veces mejor cuando lo comes junto al mar..?
Han sido unos días maravillosos, disfrutando de este magnifico hotel que a todos os recomiendo, no sólo por la tranquilidad que le rodea sino por su excelente servicio. Desde aquí quiero agradecer a todo el equipo del hotel por su buen servicio y su paciencia con nosotros, porque lidiar con tanta gente joven no ha tenido que ser nada fácil. Unos iban, otros venían; todos pedíamos a la vez...no sólo dos Caipirinhas de fresa, sino 10; y, de repente, otro quería sangría; y el de más allá, champán y un arroz negro... Lo que os digo: una locura pero que ellos han sabido manejar a la perfección, siempre con una sonrisa en la cara.
Si alguna vez necesitáis una escapada, no lo dudéis. Cap Rocat no os defraudará. Su arquitectura, su tranquilidad, sus vistas... todo ello hará de vuestra estancia algo inolvidable.